BABYS!

sábado, 13 de agosto de 2011

IMPACTO DEL DIVORCIO EN LA SALUD MENTAL DE LOS HIJOS



El divorcio es un fenómeno muy común y aceptado en nuestro medio, por lo que los hijos no se sentirán raros o diferentes de otros niños de su edad.


Aún así es uno de los cambios vitales que más afecta a la vida de los hijos, especialmente cuando va asociado a conflictos entre los padres.


Además de la vivencia del conflicto entre los padres previo a la separación, durante el proceso y después, los niños padecen importantes cambios en su vida diaria: cambio de vivienda, de colegio, empobrecimiento de los padres, aparición de nuevas parejas, lo cual contribuye a mantener y agravar el estrés que genera la separación en sí.


Los síntomas que pueden aparecer en los hijos serán diferentes según su edad:


- menores de cuatro años: problemas de sueño, irritabilidad, agresividad con padres y hermanos, miedo al abandono.


-niños de 6 a 12 años: les cuesta aceptar que la separación es para siempre y se sienten en desventaja respecto a los niños que viven con los dos padres. Pueden tener trastornos de ansiedad y bajar el rendimiento escolar. Toleran mal las discusiones y actitudes violentas de los padres.


-adolescentes: pueden sufrir trastornos depresivos, de ansiedad y comportamiento agresivo. Si ya tenían problemas de comportamiento estos suelen agravarse. A veces sufren una regresión e infantilizan su comportamiento, en otros casos asumen un papel más adulto del que les corresponde.


En general los hijos de divorciados reconocen que el divorcio de sus padres ha tenido impacto a lo largo de toda su vida, no solo ha afectado a su bienestar mental también a su futuro en cuanto a plantarse la formación de una pareja o la paternidad, les genera mayor inseguridad y miedo al fracaso.


Los factores que contribuyen a la aparición de malestar emocional en los hijos son:


-Conflicto entre los padres antes durante y después de la separación.


-Divorcios repentinos


-Situación socioeconómica difícil


-Enfermedad mental en los padres


-Cambios de domicilio y de colegio frecuentes


Los factores protectores del malestar emocional en los hijos son:


-Separación no conflictiva y mantenimiento de una relación respetuosa y colaborativa entre los padres


-Ausencia de crítica de un padre hacia otro en presencia de los hijos


-Apoyo económico y emocional de los dos padres.


-Apoyo de otros familiares, de profesores, amigos.


Siempre es mejor para el hijo una separación que una convivencia plagada de conflictos, tanto si hay discusiones o incluso maltrato como si hay una relación de incomunicación e indiferencia entre los padres.


Cuando los padres necesitan asesoramiento y apoyo para que la separación sea lo menos traumática posible para ellos y sus hijos deben buscarlo y sobre todo tratar de manera precoz los trastornos que aparezcan para poder resolverlos y evitar repercusiones futuras.



domingo, 7 de agosto de 2011

FATIGA



Es una sensación de falta de energía, de agotamiento o de cansancio.







Consideraciones


La fatiga puede ser una respuesta normal e importante al esfuerzo físico, al estrés emocional, al aburrimiento o a la falta de sueño. Sin embargo, también puede ser un signo de un trastorno físico o mental más grave. Cuando la fatiga no se alivia con el hecho de dormir bien, nutrirse bien o tener un ambiente de bajo estrés debe ser evaluada por un médico. La fatiga es un síntoma común y por lo general no se debe a una enfermedad grave.


El patrón de fatiga le puede ayudar al médico a determinar su causa. Por ejemplo, si usted se levanta descansado en la mañana, pero rápidamente presenta fatiga con la actividad, puede tener una afección, como hipotiroidismo. Por otro lado, si usted se despierta con un bajo nivel de energía y tiene fatiga que dura todo el día, puede estar sufriendo de depresión.


Causas


Existen muchas causas posibles de la fatiga, entre ellas:
Anemia (incluyendo anemia ferropénica). 
Depresión o aflicción. 
Medicamentos como sedantes o antidepresivos. 
Dolor persistente. 
Trastornos del sueño, como insomnio continuo, apnea obstructiva del sueño o narcolepsia. 
Hipotiroidismo o hipertiroidismo. 
Consumo de alcohol o de drogas, como cocaína o narcóticos, especialmente si se utilizan con frecuencia. 


La fatiga también puede ocurrir con las siguientes enfermedades:
Enfermedad de Addison. 
Anorexia y otros trastornos alimentarios. 
Artritis, incluyendo la artritis reumatoidea juvenil. 
Enfermedades autoinmunitarias como el lupus eritematoso sistémico. 
Cáncer. 
Insuficiencia cardíaca congestiva. 
Diabetes. 
Fibromialgia. 
Infección, especialmente de la que toma mucho tiempo recuperarse o tratar, como la endocarditis bacteriana (infección del miocardio o de las válvulas del corazón), infecciones parasitarias, SIDA,tuberculosis y mononucleosis. 
Enfermedad renal. 
Enfermedad hepática. 
Desnutrición. 


Cuidados en el hogar


A continuación se presentan algunos consejos para reducir la fatiga:
Duerma bien todas las noches. 
Consuma una dieta saludable y bien balanceada, y beba abundante agua a lo largo del día. 
Haga ejercicio regularmente. 
Aprenda mejores formas de relajación. Ensaye con yoga o meditación. 
Mantenga un horario de trabajo y personal razonable. 
De ser posible, cambie las situaciones estresantes. Por ejemplo, cambie de trabajo, tome vacaciones y enfrente los problemas en la relación de pareja. 
Tome multivitaminas. Consulte con el médico respecto a lo que sea mejor en su caso. 
Evite el consumo de alcohol, nicotina y drogas. 


Cuándo contactar a un profesional médico


Llame al médico de inmediato si:
Está confundido o mareado. 
Tiene la visión borrosa. 
Tiene muy poca o nada de orina o aumento de peso o hinchazón reciente. 


Llame al médico si:
Presenta debilidad o fatiga continua e inexplicable, especialmente si está acompañada de fiebre o pérdida de peso involuntaria. 
Presenta estreñimiento, piel reseca, aumento de peso o intolerancia al frío. 
Se despierta y se vuelve a dormir muchas veces durante la noche. 
Tiene dolores de cabeza. 
Está tomando algún medicamento, ya sea recetado o no, o está consumiendo drogas que pueden causar fatiga o somnolencia. 
Se siente triste o deprimido. 
Padece insomnio.